El
dolor y la muerte forman parte de la vida humana desde que nacemos en medio de
los dolores de parto de nuestra madre hasta que morimos causando dolor a los
que nos quieren y sufriendo por el propio proceso que lleva a la muerte. A lo
largo de toda la existencia, el dolor - físico o moral - está presente de forma
habitual en todas las biografías humanas: absolutamente nadie es ajeno al
dolor.
El
dolor y el sufrimiento, como cualquier otra dimensión natural de toda vida
humana tienen también un valor positivo si nos ayudan a comprender mejor
nuestra naturaleza y sus limitaciones, si sabemos integrarlos en nuestro
proceso de crecimiento y maduración. Todo hombre se hace a sí mismo durante su
vida realizando las posibilidades de plenitud que están en su constitución
natural, o rechazando tales posibilidades.
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